El libro de imágenes (Le livre d’image, 2018), la más reciente aventura de Godard, hace algo
más complicado al crear vínculos a veces elocuentes, a veces turbadores, pero siempre
sugerentes del vasto sentido de la imagen. Su forma de ensayo en cinco partes elude la ficción
y nos presenta un Godard que se expresa editando. En la primera parte de la película, titulada
REMAKES, Godard nos muestra la última escena de El beso mortal (Kiss me Deadly, 1955), una
alegoría de la guerra nuclear, y la yuxtapone con imágenes atómicas. Más adelante un video
de entrenamiento del Estado Islámico es contrastado con Salò o los 120 días de Sodoma (Salò
o le 120 giornate di Sodoma, 1975). En unas imágenes y otras vemos gente arrastrándose, obedeciendo.
La historia, dijo Mark Twain, no se repite pero a menudo rima. Sin embargo son
más bien la realidad y la imagen misma las que, según Godard, repiten sus consonantes. Quizá
lo que debamos entender sea que la ficción concibe al mundo y no al contrario, pero El libro de
imágenes no nos da respuestas: sólo estimula dudas. En mayor medida, pareciera que Godard
busca el escepticismo hacia el lenguaje hablado.
Fuente: Letterboxd Alonso Díaz de la Vega |