Lutz-Kinoy trata las exposiciones como arquitecturas inmersivas, posicionando la pintura como telón de fondo y la escultura como una intervención espacial. A menudo concebidas como entornos totales, sus obras responden a la arquitectura del lugar y a su especificidad, entrelazando cuerpos sensuales y silueteados con motivos ornamentales recurrentes, vegetación y arabescos florales, referencias a conocidos movimientos históricos del arte, desde el Expresionismo hasta el Rococó. Sus pinturas también llevan la vitalidad carnal de las tradiciones del siglo XVIII, con formas corporales dinámicas, pinceladas gestuales y capas etéreas, junto con una capacidad para recorrer un paisaje transhistórico.
Fuente: Contemporary Art Daily |