La pintura, como arte plástico, se distingue por un consenso universal sobre su definición, a diferencia de otras formas como la instalación o la escultura, cuya naturaleza es más ambigua. En los años 2020, las condiciones para la creación pictórica han cambiado, acercándose más a las de los años 1940 que a las de los 2000, reflejando una evolución constante mediada por el presente. La verdadera división en la pintura no radica en lo abstracto versus lo figurativo, sino en su fuerte capacidad de conectar con el "ahora" de su creación y recepción. Para lograrlo, tanto el artista como el espectador deben adoptar una postura humilde y receptiva, donde la producción se libera de intereses conscientes, permitiendo que la obra alcance una autenticidad mediada que promete verdad.
Fuente: Contemporary Art Daily |