Allen Jones RA , es la muestra que repasa los cincuenta años de ejercicio artístico de uno de los fundadores del pop art —escuela que nació en el Reino Unido pese a que fueron los EE UU quienes se llevaron los réditos—, un demoledor de convenciones con enorme sentido crítico y todavía más poderosa sensualidad, cuya huella puede rastrearse en casi todos los grandes mitos del arte contemporáneo. La retrospectiva, que se exhibe en la Royal Academy of Arts de Londres por varios meses, es un homenaje "largamente retrasado", dicen desde el museo. La exposición, que reúne pinturas, esculturas en metal, madera y fibra, fotos y bocetos, no pasa de largo por las obras más escandalosas de Jones, las piezas de esculturas de mujeres-mueble de 1969, Hat Stand, Table y Chair (Cuelga-sombreros, Mesa y Silla), figuras de silicona de chicas de tamaño natural que sirven como mobiliario, juntan elementos fetichistas y dieron lugar al tipo de filia llamada en ingles forniphilia (de human furniture, mobiliario humano). Tuvieron gran éxito en los años setenta y grandes estrellas del cine y la música compraron piezas para decorrar sus casas. Una de las piezas del set, Chair —una silla sobre las piernas de una mujer completamente dobladas sobre el torso—, fue objeto de un atentado en 1989 cuando, durante una exposición en la Tate Gallery, una feminista radical atacó la obra arrojando sobre ella disolvente para pintura.
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